lunes, 18 de abril de 2011

Paraísos artificiales.

Ojalá esta entrada tuviese un destinatario en concreto. Alguien en quien pensar día y noche, a quien amar y ser amado de la misma manera. No me voy a engañar, necesito sentirme querida, y querer a alguien. Dejar de soñar y de sentir cómo me aprietan el corazón cuando no puedo evitar recordar otras cosas.
¿Mientras tanto? Pues eso, me queda soñar con encontrar algo. Sí, algo. Una esperanza, un por qué de este estado de ánimo que soy incapaz de definir con exactitud. Me parece patético eso de que un clavo saque a otro, es decir, que para olvidar un desamor tengas que meterte en otra relación, que probablemente acabe también en desamor. Y así una mierda de círculo vicioso. Asco de amor. Asco de sentimientos. Pero qué coño, cuando estamos enamorados y sentimos que es correspondido, es la mejor sensación de este puto mundo.

Pero cuando tú apareces se desvanece el dolor, y no necesito a nadie porque sé que como todas las noches nos perderemos los dos buscando un paraíso artificial.


¿Cómo podría alcanzarte para ser igual que tú si he vivido siempre al este del Edén?

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